La introducción de las bolsas plásticas amarillas para diferenciar los contenedores se produce en un momento en el que crece la confusión entre los usuarios sobre la correcta eliminación de los materiales reciclables. Por lo general, cada vez que vamos a eliminar algún objeto que por defecto se encuentra averiado o malogrado, encontrar el contenedor adecuado es todo un desafío para muchas personas.
Desde Plásticos Alva, no solo ofrecemos una variedad de bolsas plásticas biodegradables, mangas de polietileno de baja densidad o guantes de polietileno, sino es prescindible concientizar a la comunidad de algo que para muchos puede llegar hacer tan básico, pero créame que a muchos no paso alguna vez, ya sea por estamos apurados o por que simplemente no sabíamos reconocer entre uno y otro; sin embargo de igual forma desechamos el objeto en cuestión.
Por ejemplo, artículos cotidianos como alimentos en mal estado, objetos, juguetes, pelotas, bicicletas y videocasetes, que están hechos principalmente de plástico y no se pueden colocar en ciertas bolsas amarillas de reciclaje, independientemente de su composición. ingrediente.
Este dilema se ve agravado por la gran variedad de materiales que entran en las instalaciones de tratamiento de residuos, lo que ralentiza el proceso de clasificación y reciclaje. Si bien el contenedor amarillo debería limitarse a bolsas, latas, botellas de plástico, tapas y tapones, países como Perú ven difícil que alrededor del 25% de los residuos en estos contenedores no entren en esta categoría.
Esta medida tiene como objetivo aumentar la eficiencia de los procesos de reciclaje y fomentar prácticas sostenibles de gestión de residuos, al tiempo que promueve la eliminación adecuada de los residuos por parte de los ciudadanos.
En Corea, cada año se generan aproximadamente 22 millones de toneladas de residuos en las zonas urbanas, siendo el 33% del peso total atribuible a envases de plástico. La tasa de recuperación actual alcanza aproximadamente el 63%, con un 59% del total reciclado adecuadamente, cumpliendo con las directivas que obligan a reciclar al menos el 55% de los residuos anualmente.
Hace una década, la cantidad de basura reciclada duplicaba a la incinerada. Sin embargo, en la actualidad, casi todos los habitantes de las ciudades del país disponen de una bolsa amarilla, y 42.9 millones de habitantes cuentan con un punto de acogida.
Se han distribuido bolsas para facilitar el proceso de reciclaje, junto con contenedores reutilizables destinados a recoger los materiales apropiados para el contenedor amarillo. Este enfoque asegura que los residuos sean depositados correctamente, ya sea desde la bolsa amarilla a un contenedor adecuado o directamente en un camión para su recolección.
La bolsa amarilla es para devolver envases de plástico reciclables. Está diseñado para separar los residuos de los contenedores domésticos y facilitar su procesamiento en las plantas de reciclaje. Este tipo de bolsa está recomendada para uso doméstico y se puede adquirir fácilmente en supermercados o tiendas de artículos de limpieza.
Aunque la bolsa amarilla destaca por su color, son mucho más visibles la utilidad y los beneficios que aporta al planeta al hacer más eficiente el proceso de reciclaje.
A pesar de nuestras mejores intenciones, a veces cometemos el error de separar los residuos plásticos y meterlos en bolsas o contenedores amarillos. Uno de los errores más comunes es mezclar contenedores reciclables con contenedores no reciclables o que requieren un manejo separado y diferenciado. La correcta segregación de los residuos plásticos es la base del proceso de reciclaje. ¡Así que ten cuidado! Y si no sabes cómo poner correctamente un contenedor en una bolsa amarilla, este desglose te lo aclarará para que no tengas que adivinar.
Están destinadas a contener los residuos generados en oficinas administrativas, áreas no restringidas, almacenes, talleres y lugares de actividades auxiliares y generales. Estos residuos, no considerados peligrosos para la salud y comunes en las actividades cotidianas (envases de plástico de un solo uso, papel, etc.), son incluidos en estas bolsas. No obstante, al gestionar una institución pública, es crucial evitar o minimizar el contacto con terceros que manipulen estos residuos. Por esta razón, las bolsas amarillas se separan justo antes de la recogida y se colocan en la vía pública de manera que no sean visibles.
Se utilizan para contener residuos peligrosos para la salud humana. Estos incluyen materiales provenientes de la actividad asistencial, como algodón, gasas, vendas, guantes, tela adhesiva, apósitos, compresas, campos desechables, y elementos de intervenciones quirúrgicas menores (por ejemplo, curaciones). También se incluyen pipetas para nebulizaciones, envases de vacunas a virus vivos atenuados (BCG, Sabin, triple viral, varicela), espéculos, hisopos, espátulas, y cualquier material desechable utilizado en la consulta y toma de muestras en tocoginecología. Además, se contemplan materiales provenientes de actividades docentes o de investigación, como cadáveres de animales de experimentación, sus camas y excretas, materiales biológicos y de toma de muestra de los servicios asistenciales de microbiología, cultivos bacterianos, sueros animales o humanos, y materiales genéticos recombinantes.
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