Los residuos que se producen en los hogares pueden llegar a los océanos a través de vertimiento directo, o de forma indirecta mediante la lluvia, vientos, arroyos o desagües (NOAA, 2019). Sin duda todo tipo de desecho se tira al mar como bolsas plásticas, bolsas de basura, etc.
Lamentablemente, el plástico se ha convertido en un elemento omnipresente en los océanos, lo cual pone en riesgo la vida de la fauna marina.
Las bolsas plásticas afectan a la fauna de los océanos y, finalmente, llega al ser humano a través de la red trófica marina. Su mayor impacto se produce a través de enredos con artes de pesca, como las redes fantasma que constituyen una trampa mortal. También por desechos que se enredan en los miembros de los animales y, en muchos casos, los amputan o les impiden respirar en superficie y finalmente mueren.
Las bolsas plasticas biodegradables es la mejor opción para evitar contaminar el la fauna marina.
Aquellos macro y micro plásticos translúcidos y pequeños debido a la fragmentación son confundidos por alimento por muchos grupos de especies, como las tortugas marinas. Al ingerirlos, bloquean el tubo digestivo, y los animales acaban muriendo por inanición.
La luz solar es la encargada de degradar los objetos de plástico, dando como resultado que se fragmentan en pedazos más pequeños entre los que se encuentran los microplásticos (hasta 5 mm), de estos, gran parte se queda debajo de la superficie. Los animales como las tortugas marinas, las focas, los delfines, las ballenas, peces y crustáceos confunden las piezas de plástico con comida y se las tragan, causando daños internos que pueden llevarlos hasta la muerte.
Los impactos de la contaminación marina por basura, principalmente residuos plásticos, piden estrategias urgentes y una visión global. Las medidas preventivas para minimizar la liberación de estos contaminantes a los océanos y mares son indispensables para la conservación de los ecosistemas mundiales marinos. Hay que cambiar los sistemas de reciclaje, porque no funcionan bien.
Evitemos el uso de plásticos en nuestro día a día y en la medida de lo posible, sin arriesgar nuestra salud y la de los demás. De esta manera, la fauna marina podrá conservarse, y las presentes y futuras generaciones podrán verse beneficiadas de la biodiversidad y todas sus riquezas. Podemos reemplazar el plástico convencional por bolsas plásticas biodegradables.