La creciente preocupación por el uso de plástico de manera innecesaria es un problema latente en la crisis global de contaminación. De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada minuto se usan 500.000 millones de bolsas. Por esa razón, la única manera de proteger nuestro medio ambiente es empezar a mejorar los productos y métodos respetuosos con el clima. Cómo se hacen las bolsas biodegradables puede ser una alternativa sostenible ante este panorama.
Desde los años 50, la producción de plástico ha superado con creces cualquier otro material. La mayoría de los productos derivados de él, son descartados luego de un solo uso. En ese sentido, podríamos definir biodegradable como todo aquello que pueda ser degradado por acción biológica. Es decir, descompuesto por bacterias u otros organismos vivos. En comparación con las bolsas comunes, pueden ser utilizadas en múltiples ocasiones y se desintegran más rápido en la naturaleza
La forma en cómo se hacen las bolsas biodegradables incluyen recursos naturales como almidones y celulosa, mientras que otras están hechas de fuentes no renovables como el petróleo. También, existen aditivos de nueva generación, con tecnología enzimática anaerobia, que permiten que un plástico convencional o biobasado sea desechado en un tiradero de basura o relleno sanitario cuando termina su vida útil.
Aunque pueda parecer una tarea sencilla, saber cómo se hacen las bolsas biodegradables no es producir simplemente un nuevo tipo de bolsa de plástico que se descomponga rápidamente porque tiene que ser a la vez renovable y biodegradable. Son fabricadas con elementos petroquímicos de origen fósil como el petróleo y el carbón. Es decir, fabricados con materias primas orgánicas.
También se hacen a partir de fuentes renovables como el almidón, la cáscara de plátano, cáscara de papa, entre otros. Estos materiales son capaces de descomponerse, normalmente, por los microbios que se encuentran en el suelo. Dichos microbios (y otras condiciones ambientales) son los verdaderos agentes de la biodegradación, no las propias bolsas en sí. Se degradan biológicamente generando dióxido de carbono, agua, compuestos inorgánicos y biomasa, sin dejar restos tóxicos perceptibles.
Una bolsa biodegradable es una alternativa sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Su beneficio percibido es la reducción de los residuos en los vertederos, la disminución de la contaminación por plásticos y la reducción de las emisiones de carbono al no utilizar recursos no renovables. Son una gran alternativa ecológica a las bolsas de plástico normales, pero ¿cuánto tardan en biodegradarse?
Dependiendo del origen del plástico biodegradable, el tiempo que tarda la bolsa en descomponerse variará. El primer paso es conocer cómo se hacen las bolsas biodegradables y averiguar de qué tipo de plástico están hechas. A continuación, observar cómo se descompone para determinar el tiempo que tardan en biodegradarse. Lo cierto es que, a diferencia del plástico común, que puede tardar de 150 hasta 450 años en degradarse, este tipo de bolsa tarda entre 90 días a 3 años respectivamente.
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